Summary: | En casi todas las grandes crisis financieras de la última década --desde Asia oriental a Rusia, Turquía y América Latina-- la interferencia política en la regulación del sector financiero contribuyó a agravar una situación ya de por sí mala. Las presiones políticas no solo debilitaron la regulación financiera sino que también impidieron que los órganos reguladores y supervisores tomaran medidas contra los bancos en problemas. En este estudio se investiga por qué, para cumplir con su mandato de preservar la estabilidad del sector financiero, los reguladores y supervisores del sector financiero tienen que ser independientes --de la industria de servicios financieros, así como del gobierno-- a la vez que deben rendir cuentas
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